Crece en mí la certeza de que, todos somos uno. Todos estamos interconectados en una gran red, los seres humanos, la naturaleza y el cosmos. Como consecuencia surge la humildad y un gran respeto hacia todo y todos.
Desde algún lugar, estamos sutilmente comunicados. Aunque mantenemos nuestro ser individual, funcionamos en conjunto. Cada pensamiento, acción, palabra, sentimiento y emoción se integra y transforma a esa red, que brilla en tonos tornasolados con miles de combinaciones de diferentes colores. En la experiencia cotidiana, si nos sensibilizamos, podemos percibirla.
Esta temática, que me mueve en lo más profundo de mi ser, es lo que expresan plásticamente estas obras.