Esta sensación de integración me invade cada vez, cuando me siento muy cerca de la naturaleza.
Para esta obra me inspiré en un ámbito muy especial en Machu Pichu. Estaba bajando desde un paisaje rocoso árido, hacia la selva. Era el momento en el cual la selva me dio la bienvenida, me abrió su corazón, sentí que me integró a su hábitat. Me sentí partícipe de la naturaleza. Volaban mariposas tornasoladas, flores con colores brillantes y el sol traspasando la vegetación verde dándole una luminosidad maravillosa.
Tengo la certeza que al hacer estas experiencias conscientemente, todo se potencia, tanto los colores, como los sonidos y las sensaciones. No estamos aislados de la naturaleza, somos parte de ella.
Es una INTEGRACIÓN.